El cannabis es mencionado por su uso medicinal ya desde 1800 AC en Sumeria[1]: y sus componentes activos, los cannabinoides, se han utilizado por sus propiedades medicinales durante milenios. A pesar de ello, su uso como agente terapéutico sigue suscitando hoy en día un amplio debate científico y social. En este contexto, Medcan ofrece información rigurosa y objetiva de la mano de profesionales cualificados, así como un amplio abanico de productos y servicios a las personas interesadas en conocer el potencial del cannabis medicinal.

sistema de comunicación intercelular

Tal y como afirma el Dr.Hazekamp[2]: “que una planta haya tenido un uso médico ancestral no significa que sus propiedades terapéuticas estén científicamente probadas. Ocurre que en el caso del cannabis no sólo lo están, sino que cada día se descubren algunas nuevas”. Desde el descubrimiento en los años 90 del sistema endocannabinoide, se sabe que dentro del organismo se producen sustancias similares a los cannabinoides que se hallan en la planta del cannabis, llamados endocannabinoides. Los endocannabinoides junto con los receptores cannabinoides y las enzimas encargadas de su síntesis y metabolismo, conforman el sistema endocannabinoide.

[1] Schultes RE. Man and marihuana. Nat Hist 1973; 82:59.
[2] Hazekamp, A. Introducción al cannabis medicinal, ICEERS.

El sistema endocanabinoide es básicamente un sistema de comunicación intercelular que se encarga de regular el correcto funcionamiento del organismo (es decir, se ocupa de los procesos homeostáticos de nuestro cuerpo) como los procesos de regulación de la temperatura, el ph de nuestra piel o el nivel de azúcar en sangre. Ademas interviene en numerosos procesos fisiológicos como la coordinación motora, la neuroprotección y el control del dolor o el apetito entre otros. Por todo esto, no es extraño que el cannabis tenga un gran potencial terapéutico, ya que es capaz de actuar sobre aquellas enfermedades, que son muchas, en las que interviene el sistema endocannabioide.
Algunas de estas patologías donde el cannabis tiene efecto terapéutico demostrado son: el dolor crónico grave (dolores neuropáticos, la fibromialgia) y las enfermedades que afectan al sistema nervioso central como, por ejemplo, la esclerosis múltiple, la epilepsia, el síndrome de Gilles Tourette, el glaucoma o los efectos adversos de la quimioterapia como las náuseas, vómitos y pérdida del apetito.
Aunque aún se hallan en una fase pre-clínica de experimentación in vitro (es decir experimentos en laboratorios en un ambiente controlado fuera de un organismo vivo) e in vivo sólo en animales de experimentación, ya se disponen de resultados esperanzadores en cuanto al poder antitumoral de algunos cannabinoides (solos o en sinergia con otros medicamentos antitumorales), si bien es cierto que la evidencia pre-clínica de la que se dispone, no permite que se pueda afirmar que los cannabinoides sean agentes antitumorales capaces de lograr la remisión de la enfermedad en personas vivas.
Lo que sí sabemos es que la distancia entre la evidencia pre-clínica de los experimentos in vitro e in vivo en roedores y los ensayos clínicos in vivo con humanos es tal, que aventurarse a extrapolar los resultados de los primeros para la especie humana sería no sólo inexacto, sino también irresponsable. Desde Medcan pretendemos informar con la mayor rigurosidad, exactitud y objetividad posible en base a la evidencia científica disponible.
Si bien es cierto que los resultados obtenidos en la experimentación pre-clínica in vitro (e in vivo en roedores) son muy prometedores, no es menos cierto que, a día de hoy, no se dispone de evidencia clínica de experimentación in vivo en seres humanos. Esta ausencia de evidencia se debe a la extrema dificultad para realizar ensayos clínicos con cannabis debido a los altos costes económicos que supone y al hecho de que algunos componentes del cannabis, como el THC, sean sustancias fiscalizadas, lo que dificulta mucho la obtención de permisos para administrarla a seres humanos.